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Consejos Quiroprácticos para el cuidado de tu columna

Cuando estas de pie:
Mantén hábitos posturales saludables. Las buenas posturas es la mejor forma de prevenir problemas de columna. Observa tu silueta e intenta corregir tus malas posturas. Descansa uno de los pies en alto. Esto evitará que dobles demasiado la columna. No debes inclinarte hacia delante sin doblar antes las rodillas.

Cuando estés sentado:
Siéntate derecho. Puedes dejarte caer un poquito hacia delante. No cruces las piernas cuando estés sentado, aunque si quieres puedes cruzar los pies a la altura de los tobillos. Si pasas muchas horas sentado, utiliza una silla ergonómica con soporte lumbar. Si al sentarte los pies no te llegan al suelo conviene usar un reposapiés. Al inclinarte mantén el culo y la columna lo mas alineado posible. No permanezcas sentado dando la espalda a fuentes de calor o frio.

Cuando duermes o estés tumbado:
Duerme boca-arriba con las rodillas apoyadas sobre una almohada, no duermas boca-abajo, esta posición aumenta tu curva lumbar y daña el cuello y los hombros. Puedes dormir también de lado con las rodillas semiflexionadas, con una almohada entre ellas. Para la cabeza, no utilices almohadas demasiado altas, esto te puede dañar el cuello, los hombros y los brazos. Cuando te levantes o te incorpores no te levantes primero de cintura para arriba, flexiona primero las rodillas, gira hacia un lado y ayúdate con las manos a incorporarte.

Cuando subes escaleras:
Pisa con todo el pie los escalones y no solo el arco que forma el pie.

Cuando cargas objetos:
Lleva los objetos pesados pegados al cuerpo, alejándolos aumenta el trabajo de la columna. Intentar no alcanzar ni levantar objetos más arriba de la cabeza. Camina a paso ligero al menos media hora al día. Este ejercicio te ayudara a eliminar líquidos y te mantendrá en forma. Al agacharte, dobla las rodillas, nunca la espalda hacia delante. Aprovecha los músculos de las piernas para levantar el peso manteniendo la columna recta.

Cuando conduces:
Para entrar al coche siéntate primero en el sillón y luego mete las piernas en el interior.
Para salir hazlo a la inversa. Siéntate con la espalda apoyada en el respaldo y con una apertura de 110° entre el asiento y el respaldo. Utiliza un soporte lumbar.

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